Un conductor que consumió alcohol ve reducida su percepción de riesgo, subvalora los efectos que puede tener el alcohol en su rendimiento al conducir y, a la vez, amplía el exceso de confianza sobre sus capacidades. Como consecuencia de todo ello, el consumo de alcohol al volante exacerba las conductas impulsivas y agresivas, disminuye el sentido de prudencia, e incrementa la propensión a cometer infracciones.
El alcohol afecta las capacidades para conducir un vehículo y está presente en un importante número de siniestros viales.
Se sugiere siempre tomar buenas decisiones y planificar de antemano para no manejar bajo los efectos del alcohol:
- Siempre elige un conductor designado.
- Si sales solo, no tomes alcohol. Ordena una bebida sin alcohol.
- Nunca te sientas presionado a beber alcohol. Si planeas consumir alcohol, hazlo de manera responsable. Come bastante comida y bebe agua.
- Si has estado bebiendo, llama a un remis o servicio de transporte compartido para movilizarte.
- Nunca te subas a un automóvil con un conductor que ha estado bebiendo.
- Si puedes hacerlo de manera segura, protege a los demás tomando sus llaves si intentan manejar después de consumir alcohol. Es posible que se enojen contigo, pero la alternativa podría ser mucho peor.