Demián Páez (18) esperaba un remís en Cañuelas cuando fue golpeado por un grupo de diez personas. Quedó inconsciente en la calle.}
En medio del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa, en las últimas horas se conoció una nueva y feroz golpiza que sufrió un adolescente por parte de una patota de al menos diez integrantes, a la salida de un boliche de la localidad bonaerense de Cañuelas.
La víctima fue identificada como Demián Páez, de 18 años, que vive en Virrey del Pino, partido de La Matanza, pero que el domingo había ido a bailar a Cañuelas. En horas de la madrugada esperaba junto a unos amigos un remís a metros de un boliche, cuando fue sorprendido por el ataque de un grupo de unas diez personas: recibió una brutal golpiza que lo dejó inconsciente.
Las imágenes de una cámara de seguridad municipal instalada en la zona muestran el momento en el que un joven se dirige hacia Páez, vestido con remera y pantalón negros, y le propina un golpe de puño. Ya de espaldas, la víctima es empujada al piso por otro atacante. Al querer reincorporarse por sus propios medios, Demián vuelve a ser agredido por el mismo joven con una brutal patada que lo deja tendido en el piso, inmóvil.
“Cuando veía que nos venían a buscar entre un montón, se me pasó por la cabeza lo de Fernando (Báez Sosa) que me podía pasar también a mí”, relató la víctima, en relación al joven de su misma edad que fue asesinado por rugbiers hace tres años en Villa Gesell.
“Nosotros ya habíamos salido, estábamos tranquilos esperando que llegue el remís. De la nada nos empezaron a gritar, a decir cosas, a buscarnos para pelear. Escuchaba que nos gritaban cosas. Nos empezamos a alejar porque no queríamos hacer ningún quilombo y ellos nos siguieron como una cuadra hasta que alcanzaron y nos golpearon”, contó la víctima, quien dijo no conocer a los atacantes.
“No sabemos muy bien quiénes son. No los conocemos, nunca los vi yo. Nunca los cruzamos ni tuvimos un problema con nadie”, explicó Demián, y dijo que no intervino personal de seguridad del local bailable porque “ya había cerrado”. Y añadió e4n diálogo con TN: “Ya había pasado un rato de que salimos del boliche. Estábamos esperando el remís y nos fueron a buscar. Nos vieron ahí solos y nos vinieron a pegar”.
Al quedar inconsciente sobre la vereda, un auto que pasaba por el lugar frenó. Lo subieron para llevarlo al Hospital Marzetti de Cañuelas. Pero no lo atendieron. Le dijeron que “estaban cansados de atender a chicos que salían borrachos de pelearse”.
Al regresar a su casa, Cinthia, su madre, observó las graves secuelas que tenía su hijo por el ataque en patota y se lo llevó directamente al hospital Balestrini de Ciudad Evita, donde recibió las curaciones correspondientes y fue sometido a distintos estudios de rigor para descartar lesiones de gravedad.
“Era temprano y cuando vi el llamado, lo primero que se me vino a la cabeza fue Demián porque no estaba en la casa. Él no es de salir mucho. Habrá sido la tercera vez. Y se me vino a la cabeza lo de Fernando (Báez Sosa). Le podría haber pasado lo mismo tranquilamente. Si le pegaban más, mi hijo podría estar muerto hoy”, lamentó.
Lucía, amiga de Demián que estaba en el momento del ataque, relató la furia con la que actuó el grupo de jóvenes que fue directamente hacia ellos. “Él estaba desmayado, lo habían noqueado y me tiré arriba de la cabeza de él porque le querían seguir pegando. Uno de campera de River me decía ‘está muerto, está muerto’. Se burlaban. En la desesperación no les daba pelota”, dijo, indignada por la situación. (DIB) FD