“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores, y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento».
Joseph Goebbels
Reichminister de Adolfo Hitler, Joseph Goebbels, fue ministro entre 1933 y 1945 del Reich. Su cargo era textualmente: «Ilustración pública y propaganda».
Una de sus máximas más conocidas fue aquella: «miente, miente constantemente que algo quedará».
Javier Milei miente de manera sistemática dando datos falsos e incomprobables científicamente.
La primera idea es magnificar la profundidad de la crisis (grave, por cierto) a los efectos de luego exhibir como logros los peores resultados como si fueran triunfos y él constituirse en héroe redentor, en un mesías.
Eso fue lo expresado en su diatriba en el Congreso vinculado a la inflación, por ejemplo, o al valor de los alquileres.
Agredió, insultó, descalificó, provocó de la manera más brutal y soez, buscando la reacción del retiro del recinto de los ofendidos y agredidos.
Allí estaban para tomar la imagen del «abandono» los mismos que le pusieron la tarima para aumentar su estatura física. Su estatura moral resulta tarea imposible.
El clima se generó previamente y las pausas deliberadas en conjunto con los aplaudidores estruendosos aguardaron esa reacción.
Entonces lo destacable es: No se produjo, aunque lo buscó afanosamente sin éxito.
Unificar el enemigo es parte de la estrategia: sigue siendo la «casta» y el Estado cuya mimetización resulta en organización «criminal y mafiosa».
Al final una extorsión abierta e indisimulada: convocar a pacto que resulta ser un mero «contrato de adhesión» a un decálogo copiado cambiando el orden del Consenso de Washington sólo si previamente se vota el DNU y la ley ómnibus sin concesiones, a cambio de una genérica promesa de «alivio fiscal».
Esta primera y somera lectura se sitúa a años luz de la democracia, el pluralismo y la convivencia.