Escándalo en la inauguración de la Feria del Libro por un reclamo de docentes y alumnos

La inauguración de la 44° Feria Internacional del Libro de Buenos Aires se vio empañada cuando un grupo de trabajadores, directivos y estudiantes de los Institutos de Formación Docente (IFS) irrumpieron en donde se realizaba el acto para protestar contra el proyecto de la Universidad de Formación Docente (Unicaba) impulsado por el gobierno porteño.
Cuando los ministros de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, de la Ciudad, Enrique Avogadro, el presidente de la Fundación Del Libro, Martín Gremmelspacher, el director de Artes y Letras, de la Intendencia de Montevideo, Juan Canessa, y la escritora Claudia Piñeiro estaban realizando la inauguración del evento, unas 150 personas entraron en la sala Jorge Luis Borges e interrumpieron el acto.
En ese momento, los manifestantes cortaron el discurso de Avogadro y, luego de una media hora de protesta, el ministro de Cultura de la Ciudad le dio el micrófono a uno de los que interrumpieron el acto, quien habló y pidió que se retire el proyecto impulsado por el Gobierno porteño. A continuación, ante el bullicio de los manifestantes, y luego del discurso de Piñeiro, Avelluto les respondió «no me van a venir a enseñar a mí lo que es la democracia».
Tras el incidente, los manifestantes solo aceptaron escuchar a Piñeiro, quien siguió adelante con las palabras que había preparado para esta inauguración: «Hoy quisiera traer otra palabra que creo que fue usada de una manera que nos hizo mucho daño: grieta. Todos sabemos lo que es una grieta. Pero la palabra se usó para definir la división de nuestra sociedad por pensar diferente».
«Si hay una grieta hay dos territorios separados por un vacío. No hay puentes. No hay comunicación posible. Si uno quiere pasar de un lugar al otro para dialogar se cae en una zanja. Los que no se sienten parte de ninguno de los dos sectores están condenados a desplomarse en ese tajo hecho casi de violencia: una grieta no se piensa, no se planea, desgarra la superficie de forma antojadiza. La democracia es pluralidad de voces viviendo en un mismo conjunto y espacio social. ¿Éramos una grieta o el lenguaje operó sobre nosotros y nuestras diferencias para que no haya diálogo posible? Tal vez, si hubiéramos hecho una advertencia desde la conciencia lingüística la historia sería diferente», destacó.

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