…Entonces nos preguntamos por qué un candidato “nuevo”?, alguien distinto entendiendo por esta diferencia necesaria para los votantes en general, alguien que no esté contaminado con los “vicios” de la vieja política, alguien que esté dispuesto a replantear todo, a pensar y re pensar y entienda que los arreglos a espaldas de sus seguidores son ni más ni menos que un acto de traición y que por ello se comprometa a tomar decisiones que estén abaladas democráticamente por los que se alinean detrás de ideales que tienen que ver con la claridad de pensamiento, la honestidad y transparencia.
Si bien esta necesidad que ya es tendencia, no se trata de un problema de edad exclusivamente, pero si apunta a querer gobernantes con un espíritu altruista y que lejos de mirarse el ombligo, entiendan la realidad del otro.
Que el propósito principal de los nuevos dirigentes sea ayudar al prójimo, engrandecer la Patria y dejar de causar sufrimiento y chatura a los argentinos; que los nuevos dirigentes tengan la grandeza de dar un paso al costado si hiciera falta. Que sean hombres y mujeres de bien dispuestos a brindar lo mejor de cada uno en pos del bien común. Que entiendan que les damos el poder para representarnos y que por ende deben saber leernos.
Es fundamental no subestimar al electorado, sabemos qué hacen, sabemos cuando roban y cómo; sabemos de sus testaferros, de sus propiedades construidas con el dinero que no les pertenece. Vemos la hipocresía que los caracteriza y el resentimiento que los embandera y bajo los efectos de sustancias tóxicas despedazan las instituciones.
La falta de ética esta en el ADN de quienes han llegado a la política a pie o en bicicleta y hoy se desplazan en cuatro ruedas de alta gama.
El respeto por la vida, por los mayores, por los niños, por los jóvenes, por los más vulnerables; la revalorización de la educación, por el derecho a contar con espacios de salud pública de excelencia, el derecho de movernos con libertad; por la seguridad que merecemos…estos deben ser sin duda algunos de los ideales de quienes aspiran gobernarnos.
Ya no más Doctor Jekill y Señor Hyde
Si así no lo hicieren que cada uno de los que habitamos el suelo argentino los demandemos.