Se trata de un escarabajo de la familia Melyridae, autóctono de Argentina, aunque su presencia fue reportada fuera del continente. Se han descripto casos de intoxicaciones en diferentes partes del mundo (especialmente en bovinos y equinos), asociada a su consumo debido a una toxina (cantaridina). Produce cuadros digestivos (diarrea con sangre, enteritis hemorrágica) y urinarios (hematuria, proteinuria y fallar renal), pudiendo en algunos casos causar la muerte. La toxicidad se conserva en los insectos muertos, pudiendo presentarse cuadros clínicos por su consumo en henificados o ensilados. En las plantas adultas no suele producir daño (se alimenta del polen), aunque sus larvas pueden consumir las semillas y plántulas recién emergidas
Resultados parciales de la encuesta realizada:
El 92% de las observaciones de escarabajos fueron en el mes de enero, coincidentemente con su patrón estacional habitual.
La alfalfa (Medicago sativa) resultó ser la principal especie vegetal colonizada (46%), posi-blemente asociada a la falta o retraso en la floración de otras especies (sorgo y maíz), lo que motiva su migración hacia las pasturas, siendo la sequía un predisponente. También fue observado en forrajes conservados (heno) y ensilados.
La distribución registrada del escarabajo se detalla en el mapa (Imagen 2). En amarillo el hallazgo del insecto y en rojo cuando este se asoció a la presencia de signos clínicos y/o mortandad, compatible con cuadros de intoxicación.
Según los encuestados, la cantidad de escarabajos es variable, pudiendo ser desde unos pocos (incluso fuera de los forrajes) hasta varias decenas.
Recomendaciones:
Hasta el momento se desconocen precisiones sobre la epidemiología y contexto donde se produce la intoxicación.
Se indica evitar el consumo de forrajes (frescos o henificados) con alta carga de insectos.
Aplicar insecticidas en las pasturas siguiendo las recomendaciones de profesionales y utilizando productos aprobados.