Celebraciones Patronales – Monseñor Malfa: “Necesitamos salir de un padecer crónico y reconstruir una y otra vez la democracia

También recomendó escuchar el llamado del Papa Francisco reconociendo y luchando en contra de las causas de las esclavitudes modernas

 

 

El pasado sábado, 24 de septiembre, con concurrida presencia de fieles se realizó la solemne procesión por las calles de la ciudad en honor a la Patrona de la Diócesis y Titular de la Iglesia Catedral.
La imagen de la Virgen fue trasladada desde la Avenida Costanera España y calle Muñiz en un móvil de los Bomberos Voluntarios por dicha arteria, Crámer y Sarmiento hasta su llegada a la Iglesia Catedral, acompañada por los rezos y cantos de quienes participaron en el recorrido.
Posteriormente ofició el Obispo Monseñor Calos H. Malfa la Santa Misa en el templo, concelebrada con el párroco del mismo, Claudio Seal y los sacerdotes Lisandro Rodríguez, Remigio Chmelar y Mario Peralta Luna, de la Parroquia Nuestra Señora del Pilar de Ranchos.
Después de la Misa, Monseñor Malfa dio a los concurrentes la Bendición Apostólica.
Luego, en la propia Catedral, se llevó a cabo un concierto de música de cámara con obras, entre otras, de Vivaldi, Schubert y Bach por parte de las profesoras Mercedes Bilbao, en piano, y Alicia Alvarez en voz.
La celebraciones culminaron con un Agape Fraterno en el Ateneo Benedicto XXV.

La Homilía de Monseñor Malfa
Monseñor Malfa, en su homilía, invitó al entrar o salir de la Iglesia a detenerse ante el bello vitraux de la puerta principal, dónde General Belgrano pone en mano de la Virgen de la Merced el bastón de mando y la proclamaGeneral del Ejército por haber vencido en la batalla de Tucumán en el marco de la guerra por la independencia.
Agregando que nuestros próceres y nuestro pueblo no tenían temor ni vergüenza de testimonial libre y públicamente la fe que animaba a sus vidas, resaltando que Belgrano murió con una frase dolorosa y actual ¡Ay Patria mía!, y que con ese sentimiento y rezamos hoy por la Patria.
Respecto a la actualidad, dijo que vivimos más que una crisis un padecer crónico del que necesitamos salir y reconstruir una y otra vez la democracia.
En ese marco, en otro tramo de la homilía, sostuvo la necesidad de recuperar la fuerza transformadora de la esperanza recordando las palabras de San Agustín, quién señaló que “La esperanza tiene dosbellas y queridas hijas, la indignación y el coraje. Laindignación para rechazar las cosas tal cómo están y el coraje para cambiarlas”.
Resaltó que la iglesia no puede ser parte del problema en enfrentamientos, posicionamientos ideológicos, rencores, visiones sesgadas y menos aún en la tentación de la violencia; expresando que esta llamada fiel a su libertad y a su misión ser puerta de solución, espacio donde sea posible el diálogo que se escucha respeto y confianza en la búsqueda incansable del bien común poniendo en el centro a los más pobres.
Finalmente, entre otros conceptos, recordó que el Papa Francisco nos presenta cruces cuando nos muestra las nuevas esclavitudes como el tráfico de seres humanos o trata de personas con fines de explotación sexual, y recomendó escuchar el llamado reconociendo y luchando en contra de las causas de las esclavitudes modernas.