Raúl Alfonsín: “Garantía de normalización institucional en paz, libertad y democracia”

Ayer habría cumplido 91 años

Ayer, lunes 12 de marzo, Raúl Alfonsín hubiera cumplido 91 años.
Hijo de Raúl Serafín y de Ana María Foulkes y nieto de gallegos y galeses, nació en 1927 en Chascomús donde se crió y transcurrieron su infancia y su adolescencia, ésta ya entre políticos y en la que comenzó a recorrer un camino que lo vio concejal, diputado provincial, diputado nacional y primer Presidente de la democracia recuperada, tras el triunfo de la Unión Cívica Radical en 1983.
Heredero de los grandes prohombres que el radicalismo como, entre otros, Alem, Yrigoyen, Lebensohn, Larralde e Illia, su persona y su vida fue apreciada y reconocida, quizás hoy más que nunca, por sus valores y una identidad partidaria que se materializó en una militancia al servicio de política como constructora de un país con Estado de Derecho, en el marco de la plena vigencia de la democracia.
Bajo esos principios participó de la fundación de organismos de derechos humanos y fue defensor de presos políticos.
Con su asunción como Presidente en 1983, finalizó la noche trágica de la dictadura cívico militar instaurada en 1976 y también culminaron los golpes de Estado en Argentina.
Ya desde su campaña, con la denuncia de un pacto militar-sindical fijó claramente el papel de las Fuerzas Armadas como institución subordinada al poder civil y estableció un reordenamiento de los sindicatos buscando democratizar las instituciones gremiales para hacerlas representativas de la mayoría de los trabajadores.
El electorado lo entendió y acompañó con la seguridad que era la garantía de una normalización institucional en libertad, paz, democracia, justicia y modernidad, que respetaría los derechos individuales y humanos, hasta entonces cercenados por la dictadura.
Entre muchos otros logros su gestión de gobierno, que tuvo eje en la educación, el trabajo, la salud y la vivienda desde una perspectiva de amplio sentido social, es también reconocida en nuestro país y el exterior por la realización del Juicio a las Juntas Militares, el Tratado de Paz y Amistad entre Argentina y Chile, y la mejora de las relaciones con Brasil, lo que llevó a la formación del Mercosur.
Ya culminada su presidencia fue gestor del Pacto de Olivos, que permitió la realización de la Reforma de la Constitución Argentina de 1994, cuyos frutos están totalmente vigentes en la actualidad; y siguió aún más, sin que sobre el existiera acusación alguna, dando ejemplo de compromiso democrático asumiendo como Senador Nacional, tras haber sido Primer Mandatario de la Argentina.
Falleció el 31 de marzo de 2009 y miles de personas concurrieron a despedirlo en la ceremonia de su entierro hasta el Cementerio de la Recoleta donde fueron inhumados sus restos, tras ser velado en el Congreso Nacional y haberse decretado tres días de duelo.
A Alfonsín se lo puede recordar de muchas formas; como el gran estadista que gobernó la Argentina, como dirigentes decente y virtuoso, como el político idealista y coherente o como el Padre de la Democracia moderna; pero nosotros aquí, desde su tierra, también lo hacemos como el amigo que nunca se olvidó de sus vecinos y su pueblo.

Comité de la Unión Cívica Radical de Chascomús

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