Se cumplen hoy 35 años del triunfo de Raúl Alfonsín que puso punto final a la dictadura

Elecciones presidenciales de 1983

Hasta nuestra mesa de redacción llegó un documento de los Ateneos “Arturo Illia” e “Hipólito Yrigoyen”, con la firma de Miguel Angel Cerimele y Abelardo Tejo respectivamente, que expresa lo siguiente:
“Hace hoy 35 años, las elecciones celebradas en octubre de 1983 terminaban con la dictadura cívico militar más sangrienta de la historia del país. La victoria de Raúl Alfonsín daba nuevamente inicio a la democracia en Argentina.
Un año antes con la derrota de Malvinas, en junio de 1982, había comenzado el final de la usurpación autoritaria al gobierno, iniciada el 24 de marzo de 1976.
A partir de allí las fuerzas políticas, sindicales y estudiantiles se lanzaron decididamente a la calle, reclamando libertad y justicia, multiplicándose los reclamos por los desaparecidos.
Ricardo Balbín había fallecido en septiembre de 1981 y en la Unión Cívica Radical era la hora de Raúl Alfonsín, líder de la corriente interna Movimiento de Renovación y Cambio, con la cual lograría en primera instancia la presidencia del partido y más tarde la candidatura a Presidente de la Nación.
Su oposición a la guerra de Malvinas, sosteniendo la reivindicación de la soberanía argentina en el archipiélago, su denuncia al llamado «pacto militar-sindical» y una combinación entre su inteligencia y su acertada estrategia electoral, determinaron que la UCR encarnara los valores democráticos y antidictatoriales que la población reclamaba.
Por otra parte, Alfonsín, era un firme partidario de enjuiciar a los responsables del gobierno dictatorial en Argentina, postura que mayoritariamente la gente acompañó.
De esta forma, para un pueblo que masivamente ya rechazaba la dictadura, el voto a Alfonsín fue claramente la mejor alternativa.
En este marco, el candidato de la UCR convocó en su campaña electoral a «levantar banderas de unidad nacional» y pidió «que se acabe en la Argentina la tortura, para que no haya otros baños de sangre», afirmando que «Con la democracia se come, se cura y se educa», y culminando sus discursos con una clara definición republicana recitando el preámbulo de la Constitución Nacional.
El cierre de la campaña, realizado el 26 de octubre de 1983 con un acto en la Avenida 9 de julio fue multitudinario.
El 30 de octubre fueron las elecciones y Alfonsín (UCR) obtuvo un triunfo contundente con el voto de 7,7 millones de ciudadanos (52%), derrotando a Luder (PJ) que sumó 5,9 millones (40%). Sólo el 8% del electorado prefirió otras opciones. La composición del nuevo poder legislativo nacional significó 129 bancas de diputados y 18 senadurías para los radicales; 111 y 21 para el justicialismo y 14 y 7, respectivamente, para los otros partidos.
Muy probablemente, cuando aquella mayoría argentina se inclinó por Alfonsín percibía lo que hoy reconoce el pueblo argentino, que lo reconoce como “El Padre de la Democracia” recuperada.
Tras la victoria y acompañando los festejos del radicalismo se pudo ver un afiche que decía: «Ganamos, pero no derrotamos a nadie».
Comenzaba una nueva Argentina”.

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