Tragedia, dolor, médico, ambulancia, oportunismo y ¿mea culpa?

Liga Chascomunense

El fallecimiento del arquero de Las Mandarinas, Marcelo Illarra, en pleno partido de la Liga Chascomunense de Fútbol convulsionó al Verdeamarillo, a Brandsen y a la LCHF toda.
Así fue como se pasó del dolor verdadero, ese que se pudo apreciar durante el velorio y entierro del Rulo, al pedido genuino del plantel de Las Manda: médico y ambulancia en cada cancha liguista para seguir jugando.
Ante tal condición de los jugadores del popular club brandseño, el Consejo Directivo liguista entendió que lo mejor era parar la pelota y ver cómo sigue el Torneo Clausura, si es que continúa, no sin antes llegar a un acuerdo con los golpeados compañeros del Illarra, ya que se considera imposible cumplir con tal pedido, salvo excepciones como en Punta Indio por ejemplo.
Ante tal negativa, y en medio de una campaña por las redes sociales, con apoyo de jugadores de Estudiantes y Gimnasia, como de formaciones de la Chascomunense, otros actores empezaron a ganar la trágica escena, ya sea desde la ONG SALVEMOS AL FÚTBOL hasta el diario deportivo OLÉ.
De esta manera, los dardos oportunistas originados en un dolor real, pero con el objeto de presionar una utopía además de salvar ciertos actores, empezaron a direccionarse al presidente de Las Mandarinas, Santiago Taus, y al titular de la Liga Chascomunense de Fútbol, Luis Seillant.
En función de lo relatado con tónica revolucionaria por del ahora DT pago e hincha de Las Manda, aunque antes jugador y entrenador de Progreso, Juan Branz, y contradiciendo lo que colegas presentes en cancha de El Indio informaron con lo sucedido, la denuncia mediática apuntó a que la muerte del Rulo se dio pese a la asistencia de colaboradores verdeamarillos y ante la falta de médico/ambulancia en el lugar.
Recordando que la gente de RR Sports remarcó el desconcierto generalizado ante la trágica situación y la presencia casual de una médica en la cancha, que entró para asistir, SAF y OLÉ, teniendo como fuente evidente al CT encabezado por Branz, no se hicieron eco de la decisión de los 20 clubes presentes el jueves pasado en Etcheverry, aptos médicos obligatorios para lo que viene, ni tampoco que la negativa al petitorio de los compañeros del arquero fallecido está ligada a la imposibilidad de realizarlo en gran parte de las localidades que componen la LCHF.
Con la clara intención de buscar responsables en el Club, en la Liga, en el Consejo Federal, en la AFA, en el Municipio de Brandsen, en el capitalismo salvaje y el negocio de unos pocos con el sudor de la mayoría, el oportunismo poco inocente y evidente, planteando soluciones óptimas a priori incumplibles para casi todos y todas -ricos y pobres; poderosos y dominados-, también buscó evitar lo que ojalá en algún momento llegue: el mea culpa.
Por lo pronto, la viuda de Marcelo reconoció en nota del semanario Tribuna que el golero de 34 años había sufrido un pre-infarto con anterioridad, aunque que no estaba medicado por ello y por ende no había dejado de tomar la medicación, versión que también circuló en Brandsen.
Además, jugadores de Las Manda comentaron que el Rulo Illarra no se sintió bien el día de la tragedia, incluso en el precalentamiento del duelo con El Indio y también en el entretiempo, donde el DT impulsor de la movida mediática oportunista, esa que solo apunta a las supuestas responsabilidades ajenas, seguramente no estaba al tanto del antecedente de Marcelo, como por lo visto tampoco sabe diferenciar la distancia entre Santiago Taus y Daniel Angelici y Luis Seillant y el Chiqui Tapia.
Ahora, para los cráneos que vienen a levantar a los oprimidos de un barrio humilde y orgulloso como Las Mandarinas, y que seguramente hace tiempo vienen haciendo la tarea preventiva a través de controles médicos periódicos previos y cursos de RCP, además de adquiriendo el material necesario ante cualquier eventualidad, quizás sacrificando algo de lo que cobran, toda esta puesta en escena, originada en una tragedia y su consecuente dolor, no es más que poner en práctica el axioma «no hay mejor defensa, que un buen ataque», ya que en el fondo se sienten responsables….

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