La gobernadora María Eugenia Vidal instruyó a su ministro de Economía, Hernán Lacunza, para hacer recortes en el presupuesto por $1000 millones -en dos tramos desde septiembre hasta fin de año- y destinar esos recursos a contener a los sectores más golpeados por la nueva devaluación del peso.
El aumento de la pobreza en la provincia se espera como correlato de la estampida del dólar. El gobierno admite en reserva que ya no hay un 29% de bonaerenses pobres: la cifra se habría expandido hasta alcanzar a un 32% de la población de este territorio.
La inflación sobre los alimentos preocupa especialmente a Vidal, quien ya ordenó comprar reservas para tener stock en caso de faltantes.
En julio último, la gobernadora ya había dispuesto reasignar $318 millones dirigidos a obra pública para fortalecer a los comedores sociales. Ordenó la entrega de mil tarjetas magnéticas, con un importe de $5000 mensuales cada una, para atender a comedores comunitarios en la compra de alimentos frescos, garrafas u otros insumos de primera necesidad.
En julio, además, dispuso ampliar el programa de la copa de leche, que desde este mes llega a 394.000 beneficiarios de 60 municipios. Y una suba del 15% del programa Mas Vida, que consta de $448 pesos por beneficiario.
En plena corrida del dólar, Vidal visitó Fuerte Apache, en Tres de Febrero. Estuvo en un comedor comunitario y ayer visitó otro comedor en Villa Fiorito.
Más tarde, el ministro Lacunza recibió la orden de hacer los ajustes posibles para que no falten alimentos en los sectores más postergados, en particular en el conurbano, donde el índice de niños pobres alcanza al 45% de la población.
Vidal le pidió a Lacunza focalizar todo el esfuerzo en pagar salarios y programas sociales. En particular, en la asistencia a los sectores más vulnerables que son atendidos por los programas Mas Vida. Copa de Leche y los comedores escolares. Además, en la provincia hay 1100 beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo
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