La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, participó del Tedeum que conmemoró el 208 aniversario de la Revolución de Mayo, en la Catedral de la ciudad de La Plata. La acompañaron el intendente de la capital provincial, Julio Garro y miembros de su gabinete.
Tal como lo anunció el Arzobispado de la capital bonaerense, ante los rumores de renuncia tras cumplir 75 años, el Arzobispo Héctor Aguer encabezó la ceremonia de acción de gracias. Durante su discurso, el obispo señaló que el pueblo argentino “confunde memoria con el rencor y la justicia con venganza”.
Además, apuntó a la cuestión meramente política al poner en eje de discusión a “la grieta” que divide al país y que cree “permanente” y como tal “no ayuda al diálogo democrático”. En este sentido, aseguró que “existe una falta de vocación política” de todos los sectores.
En el mismo sentido, hizo un pedido a los ciudadanos de no dejarse llevar por las modas “que ahora corren con rapidez en las redes y fascinan”, y poner especial atención cuando se “votan candidatos que conocemos con plataformas que no se cumplen”.
Por último, apeló a la fe necesaria para el bienestar del hombre, porque “si Dios no existe todo está permitido”, pero “Dios existe y no todo está permitido”. Y agregó: “Sí el pueblo fuera más creyente, sería un pueblo mejor con todas las limitaciones”.
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