Los pueblos del interior de la Provincia resisten el cierre de ramales ferroviarios

En la zona hubo asambleas en Ranchos y Brandsen
A casi dos años de la suspensión del servicio de Ferrobaires y a veinte días de la disolución de la empresa, pueblos del interior bonaerense que permanecen aislados se organizan con asambleas y movilizaciones para reclamar la vuelta del tren y denuncian que su ausencia afectó el arribo de inversiones, la actividad comercial y la vida de los estudiantes.
“A 600 kilómetros no se visibiliza lo que pasa en el interior: el tren no es un capricho ni una nostalgia, es un servicio que se utiliza mucho y favorece el desarrollo de la región”, dice Marcelo García, jefe de estación en Sierra de la Ventana, quien logró que su estación permanezca abierta como museo pese a que el tren ya no pasa más.
Desde junio de 2016 el servicio que unía el tramo Bahía Blanca-Constitución vía Pringles, y que pasaba por Sierra de la Ventana, fue suspendido y dejó sin tren, además, a Saldungaray, Coronel Pringles, Laprida y otros puntos.
Los vecinos entienden que la gobernadora María Eugenia Vidal suspendió Ferrobaires tras un accidente en Rawson que dejó 28 heridos y que el 15 de marzo se disolverá por completo la empresa y se activará el traspaso de su operatoria al Ministerio de Transporte de la Nación, pero sufren la ausencia del ferrocarril.
Asambleas
En Sierra de la Ventana al igual que en Brandsen, Pigüe, Saavedra, Ranchos, Torquinst, Coronel Pringles, Pehuajó, Capitán Sarmiento, Tandil, 25 de Mayo y Laprida -algunos puntos afectados por la suspensión- los bonaerenses se agrupan asambleas para reclamar la vuelta al tren.
“Los que vivimos en el interior vimos en estos últimos 20 años cómo se fueron sacando estaciones, y por eso perdiendo escuelas rurales, ya que en Pringles las escuelas estaban en los parajes, al lado de estaciones de tren”, explica Marianela Alonso, directora de la Escuela Primaria Nº 7 Hipólito Yrigoyen.
Movilizaciones y petitorios con firmas fueron algunas de las herramientas que usaron los vecinos de Tandil, Bragado, 25 de Mayo y Saldungaray, con pedidos para la conservación de los puestos de trabajo, pero fundamentalmente para el regreso del tren de pasajeros.
Los parajes más pequeños
Los parajes más pequeños se llevan la peor parte, como La Carreta, una estación ubicada a 80 kilómetros de Trenque Lauquen, donde desde que no hay tren solo un alumno concurre a la escuela emplazada allí. “En esa escuela llegaron a estudiar 80 alumnos y su principal vía de conexión era el tren porque no hay ómnibus que lleguen”, comentó Alejandro Campo, odontólogo trenquelauquense al referirse a la Línea Sarmiento que hoy corre desde la ciudad hasta Chivilcoy, y que además de Trenque Lauquen y Pehuajó, dejó sin conexión a Pellegrini, Carlos Casares, 9 de Julio y Bragado.
A finales del año pasado, unas 500.000 personas votaron a favor de que retorne el servicio de tren de pasajeros al interior de Buenos Aires, a partir de la consulta #QueVuelvaelTren convocada por organizaciones de usuarios y trabajadores ferroviarios.
“Toda la sociedad pide la vuelta del tren de pasajeros, el resultado de la encuesta fue abrumador”, dijo Jorge Ceballos, director de la ONG Verificación Informativa y Auditoría Social (VIAS), quien aseguró que aún no fueron recibidos por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y anunció una movilización para el 1 de marzo a Retiro, donde funciona la sede de Trenes Argentinos.
En tanto, desde el gobierno destacaron que están haciendo “un gran esfuerzo” para mejorar el servicio y las frecuencias en los trenes a lugares como Junín, Bahía Blanca o Mar del Plata, con el objetivo de ofrecer un mejor servicio para los pasajeros. (Por Florencia Alamos/ Télam)

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