Lo admitieron fuentes de la Casa Rosada. Advirtieron que, igual, no resigna su candidatura. Ocurre después de las reuniones en La Plata y Merlo, donde quedó aislado frente al kirchnerismo y el massismo.
Finalmente, Alberto Fernández cedió ante la presión de la mayoría de sectores del Frente de Todos para que arme una mesa política que discuta la estrategia de cara a las elecciones presidenciales. Aunque no resigna su intención de ir por la reelección, el Presidente decidió armar un espacio para discutir el plan y las listas.Así lo confirmaron a DIB altas fuentes oficiales cercanas al jefe de Estado, que aseguraron que en la decisión del mandatario “no” influyó la cumbre en Merlo, donde este martes a la noche se congregaron La Cámpora, el kirchnerismo y el massismo, y al que no fue invitado el Presidente ni ningún dirigente cercano a él.
Tal como había informado ayer esta agencia, la reunión de Merlo, convocada por Máximo Kirchner, diputado y presidente del PJ, reunió al gobernador Axel Kicillof, al ministro del interior Eduardo Wado De Pedro y al de Economía, Sergio Massa, junto a intendentes peronistas de la primera y la tercera secciones electorales.
La movida se dio después de que el propio Kirchner reclamara, en forma explícita, la creación de una mesa política en una entrevista el domingo pasado. Fue el puntapié inicial de una presión del kichnerismo que incluyó durísimas declaraciones del ministro de Desarrollo de la Comunidad de la provincia, Andrés “Cuervo” Larroque, quien dijo que el Presidente minimizó el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández y que “no entiende su rol”.
En ese marco, ayer antes de la reunión en Merlo, Kicillof recibió a Kirchner, Larroque y un grupo más reducido de intendentes en una reunión en La Plata, en la que dejó en claro que él también formaba parte del operativo de presión política contra el primer mandatario.
Mesa, límite
“La mesa se va a armar pero no para ser fiscal de la gestión nacional sino para coordinar la estrategia electoral”, indicó una voz de extrema confianza de Fernández, que indicó que no se deben buscar segundas lecturas a la medida. También deslizó que Fernández en principio no ha resignado su candidatura.
“No va a ser un espacio donde se analicen las medidas de gobierno, sino que se van a abordar las cuestiones esenciales para que el peronismo sea competitivo”, agregó. Esta diferenciación es clave: desde que se enfrentó con Cristina Kirchner, el Presidente resistió a la presión de trazar una mesa política de decisiones, con el argumento de que buscaban rodearlo para forzarlo a hacer propias las iniciativas que surgían desde el Instituto Patria.
Según confió otro importante integrante del Gabinete la convocatoria a lo que será una “Mesa de Estrategia Electoral del Frente de Todos” ya “estaba definida hace más de una semana”. En rigor, no había trascendido hasta el momento y otros referentes del entorno presidencial afirmaban que esto no iba a ocurrir.
En cualquier caso, la decisión de Fernández, que se concretará en los próximos días, implica una instancia de debate interno en la que el Presidente tiene varios detractores y pocos adeptos. También le asoman competidores, en paralelo al operativo clamor por Cristina que ya lanzó el kirchnerismo duro en redes sociales y que podría cristalizarse con un acto el próximo 24 de marzo, una fecha a la que la vice convocó a la militancia a “movilizar”.
El que se volvió a bajar de la competencia fue el líder del Frente Renovador Sergio Massa. Este lunes, en Merlo, volvió a decirles a sus compañeros del FdT que no está en carrera. “Es incompatible ser ministro de Economía y candidato”, explicó, indicaron varios presentes. (DIB)