Hoy, con la celebración de la entrada de Jesús en Jerusalén, comenzó el tiempo en el que los cristianos conmemoran la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
De esta manera, se dio inicio a la Semana Santa 2023, con la misa del Domingo de Ramos.
La Iglesia celebra la entrada de Jesús en Jerusalén para realizar la obra de la Redención, dado que allí iba a padecer, morir y resucitar. Jesús entró en la ciudad, según relatan los Evangelios, montado en un burro, y fue recibido triunfalmente por el pueblo judío que con ramos de olivo en las manos gritaba: “¡Hosanna al hijo de David; bendito el que viene en nombre del Señor!”.
En nuestra ciudad, la celebración se realizó en el boulevard de la Avenida Perón y calle Almirante Brown y fue presidida por el Obispo Diocesano Monseñor Carlos H. Malfa, en forma concelebrada con los sacerdotes de Chascomús.
La misma constó de dos partes: la bendición de los ramos, que se emplean en la procesión en honor de Cristo Rey, y la misa.
La procesión de los ramos fue presidida por Monseñor Malfa.
Extracto de la Homilía del Obispo
Publicamos a continuación un extracto de la Homilía del Obispo, Mons. Carlos H. Malfa.
«Con el Domingo de Ramos entramos en la Semana Santa. Quiera Dios que por la gracia de la Pasión, que acabamos de leer, la sangre de Jesús no caiga en vano sobre nuestra vida sino que mirando al Señor que muere entregando su vida con un amor incondicional por nosotros, nos decidamos, sostenidos por esta gracia desde la fe, a vivir como Jesús vivió.
Yo les pediría que esta Semana Santa la vivamos en oración y en caridad.
La vivamos en oración: hagamos más frecuentes y prolongadas las visitas a nuestros templos, vayamos a nuestros templos a orar:
Señor, gracias
Señor, perdón
Señor, ten piedad
Señor, que se cumpla tu voluntad
Señor, Tú lo sabes todo.
Y también pequeños signos luminosos, gestos de caridad. Vayamos a visitar a un enfermo, estemos cerca de alguien que sufre, tengamos la generosidad de una privación o de un compartir lo que tenemos, con los hermanos más pobres.
También la limosna de una sonrisa, de una comprensión, de un perdón».
Misa Crismal el Martes Santo
El Martes Santo, 4 de abril, se celebrará a las 19 horas en la Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Merced la Misa Crismal y posteriormente se llevará a cabo un ágape fraterno en el Ateneo Benedicto XVI
La Misa Crismal será presidida por Monseñor Malfa y durante la misma se realiza la consagración del Santo Crisma y la bendición de los otros dos aceites, considerándose una de las principales manifestaciones de la plenitud sacerdotal del Obispo.
Cuenta con la participación de los sacerdotes de la diócesis, contemplándose la renovación de las promesas sacerdotales.
El Crisma es el aceite con el cual son ungidos los nuevos bautizados, son signados los que reciben la confirmación y son ordenados los obispos y sacerdotes. Aparte de en estos sacramentos, se emplea en la dedicación de las nuevas iglesias, la consagración de los nuevos altares o la consagración de campanas.
Por otro parte, los Santos Óleos son dos: el de los catecúmenos y el de los enfermos. Ambos se bendicen, no consagran, como el Santo Crisma. El Óleo de los Catecúmenos significa purificación y fortaleza, por eso se impone justo antes del Bautismo que es la liberación del pecado.
En cambio, el Óleo de los Enfermos sirve para impartir el sacramento de la Unción de los Enfermos, que tiene la fuerza de dar sanación a aquel que está enfermo y afecto a aquél que está a punto morir.