Una vecina se contactó con el programa «Ataque de Radio», que es emitido simultáneamente por la FM 102.7 y por streeming de YouTube, en el canal de «@radiopowerch», manifestando, «que fue abusada por dos individuos” dando su testimonio para que “no le pase a nadie más”
En diálogo con el periodista Alejandro «El Tano» Sosa, la víctima de este condenable hecho contó con duros detalles de lo que le tocó vivir el domingo 10 del corriente.
Aclaró que tomó la actitud de decir lo que le hicieron porque no quiere que otra persona pase por lo mismo, asegurando que desde ese día no se atreve a salir de su casa y tiene ataques de pánico, agravados por las «habladurías» que circularon en las redes sociales.
Relató que está hace tres años en tratamiento porque sufre depresión.
La mujer dijo que esa jornada se encontraba en su casa, y a las 18 horas decidió salir un rato a caminar, porque esto la ayuda. En ese momento recordó que había sido invitada a una iglesia, ubicada en la calle Castelar, y decidió ir hacia allí.
En el templo, estuvo un rato y se sintió más angustiada, por lo que salió a la calle y la cruzó cuando comenzó a llover.
«Allí vi un portón semi abierto en una casa que se notaba abandonada, por lo que me refugié a fumar un cigarrillo, esperando que pare la lluvia», sostuvo.
A los pocos minutos escuchó voces de muchachos que entraban a la casa hablando en voz muy alta y se asustó mucho.
Afirmó que «me paralicé, no supe que hacer y me quedé en una de las habitaciones, callada”.
Agregando que «en esas circunstancias aparecen dos sujetos, con gorra y encapuchados. No les vi la cara. Estaban muy drogados y me dijeron qué hacés acá rubia. Vinimos a buscar drogas.»
La mujer respondió que sólo se había refugiado por la lluvia y los individuos sostuvieron que “este lugar es nuestro», lo que la asustó más.
En ese preocupante marco, uno de ellos dijo conocerla, le preguntaron el nombre y ella con más miedo respondió.
Seguidamente otro afirmó que «te va ir mal y me asestaron un golpe que me tumbó”.
La víctima relató el horror que pasó cuando los degenerados, que tenían una botella, la abusaron y perdió el conocimiento, probablemente por el terrible dolor que sentía.
Aseguró que no recuerda las caras, pero si los viera seguramente los reconocería.
Se despertó muy dolorida y advirtió que le habían robado el teléfono.
Agregó que «estaba orinada, con sangre y la ropa medio baja».
Luego salió a la calle, y pidió ayuda a gritos. Pudo llegar a una casa de comidas que queda a cuatro cuadras del lugar, donde era conocida y solicitó que por favor llamaran a su marido, a la policía y una ambulancia.
La hizo pasar una mujer, que habló con la familia de la víctima y con la policía.
«Yo atiné a ir al baño, Tenía mucho dolor y sangraba mucho. »
Ella cree que la dejaron porque como perdió el conocimiento, «habrán pensado que estaba muerta».
Contó que tiene mucho miedo, que no puede salir de su casa.
«Yo sueño… estoy medicada porque no duermo por las noches. Tengo miedo hasta que amanece. Me la paso encerrada en mi pieza y el miedo no se va. Me curaron, pero el dolor siguió por mucho tiempo», resaltó.
Cerró la nota, pidiendo que se haga justicia, que esto salga a la luz y se tomen medidas con ese lugar, donde puede pasarle algo a otra persona; que se cierre o que se tomen acciones preventivas.
La vecina tiene marido y tres hijos y todos la están pasando muy mal.
La mujer ha recibido amenazas telefónicas, por contar lo que vivió. Los vecinos conocen esta situación en la casa abandonada, pero «la gente tiene miedo» dijo finalmente.