En el oficialismo ya no ocultan que Cristina Kirchner está cansada de que los proyectos aprobados en el Senado queden cajoneados en Diputados
“¿Yo, señor? No señor”. Como si del casi olvidado juego del Gran Bonete se tratara, el kirchnerismo en el Senado señala hacia la figura del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, cada vez que se le pide precisiones sobre la polémica comisión bicameral propiciada por Alberto Fernández para “controlar” el accionar del Poder Judicial.
Después del terremoto que causó el senador Oscar Parrilli (Neuquén) al adelantarse a hablar sobre los alcances y objetivos de la comisión, Cristina Kirchner les ordenó a los senadores del Frente de Todos mantener un notable bajo perfil y dejar que el tema decante por la Cámara de Diputados.
Es que tanto la vicepresidenta como muchos de sus senadores más cercanos entienden que no tiene sentido realizar el esfuerzo y el desgaste político de impulsar y aprobar un proyecto en el Senado si la Cámara de Diputados no puede garantizar la sanción de la iniciativa.
“Para qué vamos a aprobar algo nosotros ahora; si Diputados no vota no hay leyes. Tiene que haber acuerdo y el que tiene que trabajar para conseguir los votos es Massa”, afirmó un importante miembro de la bancada oficialista de la Cámara alta.
Si bien nunca van a hacer públicas sus diferencias –”no es este el momento, ya tendremos tiempo de hacerlo”, explican–, el malestar kirchnerista por la poca enjundia de Massa para motorizar la agenda legislativa de Cristina Kirchner es cada vez más evidente.
Es que no son pocos los ejemplos de proyectos impulsados por el kirchnerismo que duermen en un cajón de la Cámara baja debido a lo que en el kirchnerismo consideran la “incapacidad” de Massa para conseguir los votos que les permitan convertirse en ley.
Las reformas judicial y de la ley orgánica del Ministerio Público Fiscal, cuyas sanciones reclamó el Presidente ante la Asamblea Legislativa la semana pasada, están a la cabeza de la lista de temas aprobados por el Senado y que, como en un cuello de botella, empiezan a acumularse en Diputados.
Pero el kirchnerismo se caracteriza por su buena memoria y a esa lista enumerada por Fernández le suman otras iniciativas que costaron arduas horas de debate en la Cámara alta que no han sido coronadas con la respectiva sanción en el ala legislativa a cargo de Massa.
En esa lista, menos glamorosa pero que contó con el impulso y la impronta de Cristina Kirchner, se ubican proyectos como la creación de una comisión bicameral investigadora del caso de la cerealera Vicentin y la suspensión de la inscripción de las sociedades por acciones simplificadas, una de las “joyas” legislativas sancionadas durante el gobierno de Mauricio Macri que el kirchnerismo pretende revertir.
Si bien podría considerarse que la comisión investigadora de Vicentin quedó fuera de lugar tras la decisión del Gobierno nacional de dar marcha atrás con la intervención de la cerealera, el kirchnerismo considera que hay tela para cortar en los entresijos de la relación financiera entre el Banco Nación y la cerealera durante la gestión macrista.
Pero, además, en despachos de la Cámara alta consideran que en ese proyecto hay varias claves que deberían reproducirse en la bicameral destinada a controlar la Justicia.
Apuntan, sobre todo, a las amplias facultades para requerir documentación que los senadores kirchneristas plasmaron en aquel proyecto, aprobado por el Senado en la última semana de junio del año pasado.
No es el único antecedente de una comisión bicameral cuyas facultades se analizaban por estos días en el kirchnerismo del Senado como parte de la estrategia para dotar de poder al “control cruzado” del Poder Judicial reclamado por de Alberto Fernández al Congreso.
Sin embargo, por el momento y en este caso, Cristina Kirchner prefiere dejar que otros asuman el peso de la tarea. El Presidente y Massa tendrán que tomar la iniciativa.