Washington (ANSA y EFE) – Con el objetivo de dejar a Donald Trump afuera de la arena política de una vez y para siempre, los demócratas se amparan ahora en una parte rara vez utilizada de la décimocuarta enmienda constitucional en su nueva embestida para someterlo a juicio político.
Los integrantes de la bancada demócrata de la Cámara Baja, unidos a figuras acaémicas, están reexaminando una sección poco conocida de una enmienda constitucional de la era de la Reconstrucción que siguió a la Guerra Civil (1861-1865).
Se trata de la sección 3 de la 14ª Enmienda, la cual en teoría, otorga al Congreso la autoridad para prohibir que funcionarios que específicamente prestaron juramento de fidelidad a la Constitución de los Estados Unidos, ocupen cargos públicos si «participaron en una insurrección o rebelión» contra la Constitución y, por lo tanto, rompieron su juramento.
Pero la disposición rara vez se ha utilizado o probado, por lo que los académicos no están seguros de cómo exactamente el Congreso podría ejercer autoridad bajo esta disposición y con qué fin lo harían ahora.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ya se interiorizó del tema y preguntó a sus colegas qué opinión tenían de esa parte de la Constitución. De momento no hubo consensos.
El lunes los demócratas presentaron un artículo de acusación contra el presidente saliente por «incitación a la insurrección». La medida, que cuenta con más de 200 legisladores patrocinantes, subraya que Trump «puso en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y de sus instituciones de gobierno».
RIESGO NULO
Hoy, en su primera aparición pública después del asalto al Capitolio, Trump dijo que hay «riesgo nulo» de que lo destituya su gabinete bajo el proceso establecido en la enmienda 25 de la Constitución, y denunció el «asalto a la libertad de expresión» que se ha cernido sobre él y sus seguidores tras el ataque al Capitolio.
En un discurso durante una visita a Texas cerca del muro en la frontera con México, Trump se refirió por primera vez a las peticiones de la oposición demócrata para que su vicepresidente, Mike Pence, inicie un proceso para destituirle bajo esa enmienda constitucional.
«La Enmienda 25 supone riesgo nulo para mí, pero le pasará factura a (el presidente electo) Joe Biden y su Administración. Como dice la expresión, ten cuidado con lo que deseas», afirmó Trump, sin aclarar a qué se refería, dado que Biden no ha llegado a pedir explícitamente que se active ese mecanismo.
Trump se refirió también al proceso que han iniciado los demócratas en la Cámara Baja para someterlo a un juicio político por su responsabilidad en los hechos del 6 de enero.
«(El proceso para un juicio político) está causando un enfado tremendo, una división y un dolor mucho mayores de lo que entenderá jamás la mayoría de la gente, lo cual es muy peligroso para los Estados Unidos, especialmente en este momento delicado», expresó.
El mandatario saliente -que antes de despegar hacia Texas defendió su discurso previo al asalto al Capitolio como «totalmente apropiado»- pidió que el país avance hacia «la paz», pero volvió a inflamar las tensiones que ha generado su propia suspensión y la de miles de sus seguidores en redes sociales como Twitter.
«La libertad de expresión está bajo un asalto sin precedentes», denunció.
Trump definió como una «turba» a los seguidores suyos que asaltaron el Capitolio -a los que había descrito como «gente muy especial» durante el ataque- y afirmó que él no cree en «derribar» las instituciones del país.
«Creemos en la legalidad, no en la violencia ni los disturbios», agregó el presidente.
La Cámara Baja tiene previsto presentar a votación hoy la acusación formal contra Trump de «incitar una insurrección» de sus seguidores antes del ataque al Capitolio, lo cual obligará al Senado a someterlo a un segundo juicio político (el anterior transcurrió justo antes de que empezara la pandemia) que se celebrará una vez que Biden ya esté en el poder. (Fuente:La Prensa)