Panorama político: Liderazgos y rebeliones

La Corte pone a Juntos en el trance de definir una interna. Los intedentes y la mesa del Frente de Todos, en una pritaria por los fondos de campaña más tensa que la discusión por el presupuesto. CFK reivindicó un método, más que afirmar una candidatura. La pelea perdida por la PASO.

Por Andrés Lavaselli

Un llamado de la Suprema Corte, con fecha de vencimiento en diez días y un tema que arde, la reforma de la caja jubilatoria del Banco Provincia, servirá de test para evaluar el estado de la convivencia en la agitada interna de Juntos por el Cambio y, en especial, el poder ordenador de Mauricio Macri. Mientras, Cristina Kirchner revalidó su centralidad y energizó a un sector del oficialismo, que sin embargo no parece poder imponer su plan más inmediato: que el Presidente acepte suspender las PASO.

El Ejecutivo, jubilados, la Bancaria y los legisladores: todos ellos fueron convocados a una audiencia para el próximo lunes 14 por el máximo tribunal de la provincia, con un pedido extraoficial ya formulado. Los ministros quien alternativas legales para evitar declarar la inconstitucionalidad del actual régimen jubilatorio del Banco, sancionado durante la gestión de María Eugenia Vidal, que lo impulsó con el argumento de corregir una situación de privilegio que afectaba las arcas del Estado.

La discusión sobre el fondo de la cuestión es ardua y significativa para las finanzas bonaerenses, pero aquí interesa otra cosa: se trata de un expediente que quema en términos políticos. Hace un año, el radicalismo, un sector de PRO y el gobierno de Axel Kicillof habían llegado a un acuerdo para hacer esa reforma, pero Macri en persona lo detonó, en una afirmación de autoridad sobre el juego provincial ¿Ahora, días después de criticar los cambios jubilatorios en Tierra del Fuego apoyados por radicales, ratificará su postura?

Referentes bonaerenses de Juntos debatirá el martes qué hacer en una reunión de la que participarán los PRO Garro y Gribaudo, los “lilitos” Di Leo y Etchecoin y Maxi Abad, el presidente de la UCR. En un contexto de tensión nacional en PRO que se trasladó a la Provincia, está claro que se discute más que la cuestión del Banco. ¿Qué pasa si Juntos vota separado un tema tan grueso? ¿Macri retiene hoy su capacidad de veto? Por cierto: si hasta ahora el expresidente dio muestras de jugar para aislar a Santilli, un movimiento de su ajedrez con Larreta, ese sector tampoco termina de ordenarse. Ritondo, que se supone es allí el candidato a Gobernador exaspera a Bullrich con sus pedidos de dilatar la oficialización de ese armado: arguye esperar los movimientos de Vidal, por ahora un electrón suelto de destino incierto.

Paritarias

Mucho menos áspera luce, en cambio, la incipiente negociación por el presupuesto provincial 2023: con el revalúo de tierras rurales que correspondería hacer por ley postergado, la oposición pide un límite al aumento del inmobiliario de las propiedades de mayor valuación. Y más fondos para los municipios, algo en lo que coinciden los alcaldes oficialistas. Lo mismo pasa con algunas asistencia puntuales para financiar aumentos salariales para personal municipal Un paquete de unos $60 o 70 mil millones, cuya concesión está prevista por el Gobierno.

Más interesante es otra negociación, casi otra paritaria: la que se lleva adelante en la mesa política bonaerense del oficialismo, que anuda ya dos reuniones desde su constitución. Kicillof, Máximo K, Insaurralde, Naridini, Álvarez Rodríguez, Cascallares y un grupo de unos siete intendentes (uno al menos del massimo) discuten el financiamiento de la campaña, en un marco de intercambio para definir la estrategia política integral. Los fondos llegarán  través de programas de Gobierno –como suele ocurrir en todas las administraciones- pero expresan el precio de un apoyo que el Gobernador espera consolidar entre los alcaldes para su plan reeleccionista.

Parece, en ese sentido, un escenario asentado, aunque persistan filtraciones de fórmulas alternativas a la que encabezaría Kicillof. O, en todo caso, más asentado que el nacional, donde la reaparición de Cristina Fernández reafirmó, más que la posibilidad de una candidatura presidencial para 2023, la reivindicación de un método de selección de candidatos. Por supuesto que después de la frase sobre “hacer lo que tenga que hacer” no se descarta una postulación, pero la Vicepresidenta en principio validó su rol de electora, además de deslizar un guiño a Sergio Massa. En el mismo movimiento Cristina le bajó el pulgar a Alberto Fernández, algo que después su hijo Máximo terminó de dejar claro, con modales bastante más ásperos. El 17 de este mes, en el acto que encabezará en La Plata, quedará más claro, dicen, el juego de la Vice.

Por lo pronto, parece claro que detrás de los cruces corre la frustración por el naufragio probable del plan para la eliminación de las PASO, a la que aspiraba un sector del peronismo –casi todo el cristinismo- pero cuya llave tiene el presiente y no parece dispuesto a entregar. (DIB)