Lázaro Báez declaró en el juicio por la ruta del dinero K: “Nunca fui testaferro de Néstor Kirchner ni de su familia”

Más de un año después del comienzo del juicio por la “ruta del dinero K”, Lázaro Báez finalmente se sentó en el estrado, se colocó los anteojos y comenzó a leer. Durante casi una hora, el empresario dijo que fue víctima de una “persecución mediática y política” y habló de una campaña de los servicios de inteligencia en su contra: “Nunca fui testaferro de Néstor Kirchner ni de su familia. Soy una víctima de la campaña atroz por parte de los poderes reales”. Llamativamente, casi nunca levantó la mirada de los papeles y tuvo muchas dificultades para leer de corrido un texto que estaba impreso.
Según Báez, esa supuesta campaña “incluyó la detención de políticos y empresarios” y tuvo que ver con su cercanía con el ex presidente Néstor Kirchner y “por encarnar la pelea contra la cartelización de la obra pública”.
El empresario llegó bien temprano desde la cárcel de Ezeiza y esperó durante más de una hora mientras declaraba otro de los imputados, Eduardo Castro.
Báez aseguró que fue detenido “injustamente” y su familia “fue objeto de una persecución”. “Destruyeron a mi familia y las actividades de mis empresas, fui acosado por el servicio de inteligencia a la orden del actual gobierno, para que involucre al peronismo y a la ex presidente”, agregó.
En el tramo central de su declaración, Báez denunció una supuesta operación coordinada por la AFI para que se arrepienta, desde el comienzo de la causa judicial. “En un control oftalmológico (dentro de Ezeiza), se me acerca una mujer, la doctora (Claudia) Balbín, acompañada por dos personas de traje. Dijo que venía en nombre de Macri y Majdalani”, arrancó el relato. Y continuó: “Me dijo que si yo colaboraba, mis hijos no tendrían problemas. Tenía que decir que era el testaferro de la familia Kirchner».
Balbín defendió a tres de los hijos del empresario (Leandro, Luciana y Melina) al comienzo de la investigación.